(Lic. Maria Auxiliadora Sevilla, Psicóloga Profamilia/Miembro de Federación Red NicaSalud)
La educación sexual es tan importante como el aprender a leer. Todos los padres quieren que sus hijos aprendan a leer. Todos debemos querer que sepan acerca de sus cuerpos, como funciona, como cuidarse. La ignorancia lleva a la exploración desordenada, sin saber a qué van. En nuestro país sigue el tabú de que si hablamos de sexualidad con los chavalos, es despertarles y darles permiso para tener sexo. Está comprobado que cuando un adolescente, o un joven está informado acerca de los riesgos y consecuencias que vienen de tener sexo, un porcentaje decide esperar y los que no esperan, se cuidan para no embarazar o no embarazarse. Siempre existe el riesgo de un embarazo, pero disminuido.
Cuando ese tabú sea superado y se ofrezca Educación sexual real y científica en los colegios, y los padres hablen del tema con los hijos sin poner en primer lugar “no debés tener relaciones todavía”, cuando les den las herramientas para saber cuidarse, como el acceso a los anticonceptivos si ellos deciden hacerlo, será que ellos mismos van a decir “voy a esperar”, no estoy listo o lista. El adolescente tiende a hacer lo que se le prohíbe, Dándole la libertad de decidir se sentirá responsable de su cuerpo y de su futuro. Será hasta entonces que empezaremos a ver cambios y bajará el número de embarazos en adolescentes en Nicaragua.
Los adolescentes desconocen que sus cuerpos no están preparados y puede la adolescente embarazada, sufrir de toxemia, que se caracteriza por presión alta, hinchazón en las manos y pies, eliminación de proteína por la orina. Si la adolescente no se detecta a tiempo, puede llegar a convulsionar y hasta morir durante el parto. El embarazo en la adolescencia puede llevar a anemia, partos prematuros y realización de cesárea. Como consecuencias sicológicas del embarazo en la adolescencia se pueden presentar el rechazo y abandono de sus familiares, de la pareja, e aislamiento, la pérdida de autoestima, los matrimonios forzados, entre otras afectaciones.
¡Continuemos desarrollando la educación sexual en la adolescencia!