(Dr. Leonel Argüello Yrigoyen, médico epidemiólogo-Director Ejecutivo de PCI/miembro de la Federación Red NicaSalud)
A más del sesenta por ciento de las mujeres se les detecta el cáncer tardíamente y su sobrevivencia en cinco años es menor del treinta por ciento. Esto sucede porque no hablamos del cáncer en general y de cáncer del aparato reproductivo femenino. Brindemos información y eduquemos. Demos prioridad a las principales causas de muerte en nuestro país. Este artículo busca que seás aliada para diseminar esta información.
Si en tu familia existe el cáncer del aparato reproductivo femenino, ya tenés un primer elemento de sospecha, por lo tanto revisá lo que tu familia ha padecido para prevenir con tiempo. A veces los síntomas pueden ser un abdomen inflado, sangrado vaginal fuera de los períodos menstruales o después de la menopausia o última regla, una pista importante es que son de duración larga. Puede que ésto no sea síntoma de cáncer, pero te alerta para que te revisés; pudiera ser que comiste mucho, que estás iniciando tu menstruación o que tenés períodos irregulares.
Si hay sangrado o secreción vaginal es necesario descartar cáncer cervical, de ovario, de útero y de vagina; si hay dolor pélvico o presión descartar cáncer ovárico, uterino y vulvar; si hay dolor abdominal o en la espalda pensar en cáncer ovárico al igual si hay panza inflada o cambios en tu forma de ir al baño, este último también pudiera ser cáncer vaginal. Si hay picazón o sensación de quemadura pensar en cáncer de vulva o bien cuando exista cambio de color en la piel de la vulva, erupción, llaga o verrugas.
Al chequearte, si no era cáncer, ¡qué alegre!, pero si era, qué bien que lo detectamos tempranamente y por tanto tu pronóstico de sobrevida es mejor.
Algunos de los factores de riesgo son: tener el virus del papiloma humano, fumar, uso de anticonceptivos orales por más de 5 años, obesidad, familiares con cáncer y tener más de 50 años de edad. Si tenés un factor de riesgo y podés eliminarlo, ¡bienvenida a la era de la prevención!