Close-up of business executives with hand stacked in office

(Dra. Josefina Bonilla de Bendaña, Directora Ejecutiva de la Federación Red  NicaSalud)

ALEGRIA, AMOR, HABILIDADES Y DESTREZAS PARA LA VIDA son parte de los aprendizajes que deben reforzarse para contar con una juventud que viva y construya paz y que esté llena de salud física, mental, espiritual, emocional. Los niños y niñas pasan a ser adolescentes y jóvenes con algunos aprendizajes integrados, que no todos son adecuados para su bienestar. Han aprendido en los hogares, en la comunidad, en la escuela, en las iglesias, en las calles, en los medios de comunicación y siguen aprendiendo. Lo relevante es poder identificar los aprendizajes inapropiados de la niñez, de tal manera que puedan reconfigurarse los comportamientos para que los jóvenes cuenten con un mejor presente y futuro, así como la sociedad en su conjunto.

Los adolescentes y jóvenes son un grupo amplio e importante de la sociedad en Nicaragua y los países de la región latinoamericana y caribeña. A veces, erróneamente se piensa que los jóvenes son sanos y no se les prioriza. Muchos comportamientos inapropiados (tabaquismo, alcoholismo, drogadicción, desórdenes de la alimentación, etc.), malestares crónicos emocionales, marginación, desnutrición, entornos violentos permanentes, falta de acceso a escuelas y centros de salud, entre otros signos y síntomas de “falta de salud social e individual” no son identificados, medidos y tratados oportunamente en la juventud. Posteriormente, estos signos y síntomas se convertirán en enfermedades crónicas como depresión, cáncer, enfermedades cardiovasculares, suicidio, accidentes de tránsito, femicidios, violaciones sexuales y patologías de diversos tipos.

Muchas organizaciones no gubernamentales como las afiliadas a la Federación Red NicaSalud, trabajan con empeño en la organización y facilitación de procesos con jóvenes para su crecimiento personal, para reforzar valores humanos como el respeto, la paz, la tolerancia, la solidaridad, el trabajo por el bien común, la igualdad de género. Reforzar los valores, los principios, conocimientos y habilidades en jóvenes les permitirá mejorar sus prácticas diarias para el cuido de su propia salud, la de la familia a la que pertenecen y la salud comunitaria. Los jóvenes necesitan paz, amor y habilidades diversas para construir familia y sociedades sanas.