(Dra. Miriam Álvarez, Médico Radióloga, Directora Ejecutiva de Profamilia/Miembro de Federación Red NicaSalud)
Las ecografías o ultrasonidos permiten que podamos “ver” al bebé antes de su nacimiento. Durante el embarazo el ultrasonido ayuda para el seguimiento del crecimiento y desarrollo del embrión. Se recomienda realizar ultrasonido o ecografía en tres momentos: el primero se debe realizar en las primeras semanas, entre las 11 y 14 semanas de embarazo; el segundo examen entre las semanas 22 y 26; el tercero sería entre las semanas 34 y 36.
Con los ultrasonidos se van obteniendo imágenes de las características faciales y los órganos de los bebés en su vida intrauterina. El médico irá evaluando si el embrión está vivo, si hay anomalías congénitas, si hay embarazo gemelar, si las medidas y la posición del feto son las apropiadas, si está bien la cantidad de líquido amniótico y, al final lo que siempre desean saber los padres, el sexo del bebé. Es muy emocionante para los padres observar los movimientos y latidos del corazón del feto.
El ultrasonido es un avance tecnológico moderno muy útil porque permite tomar decisiones terapéuticas que puedan salvar la vida de las embarazadas y su bebé. Los ultrasonidos no emiten ningún tipo de radiación ionizante, es un método no invasivo que no pone en riesgo la vida de las pacientes ni la del feto, ya que las imágenes se trasmite por medio de ondas sonoras de alta frecuencia. La ecografía se puede realizar las veces que estimen necesario, tanto el médico como la paciente o la familia.
Se debe tener en cuenta que por muy moderno que sea el equipo de ecografía, los resultados de esta prueba dependen del médico que realice el examen. Es importante que sea realizado por una doctora o doctor en medicina, especialista con alta experiencia en el tema, que permita obtener un diagnóstico adecuado.
El ultrasonido o ecografía es una prueba muy segura que permite a los padres conectarse mejor con su bebé y cuidarle, protegiendo a la vez la vida de la embarazada.